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Tuesday, January 4, 2011

Táctica del avestruz


Escondernos de los Problemas
(Ignorando problemas propios y de otros)

Definición
táctica de avestruz, o táctica del avestruz.
1. f. Actitud de quien trata de ignorar peligros o problemas.

En el diccionario de la Real Academia Española hay una definición conocida como Táctica del Avestruz, esto se refiere a aquellas personas que buscan ignorar los peligros y los problemas que les rodean o por los cuales atraviesan, dándole lugar a una omisión voluntaria de situaciones que aquejan a su vida o a la vida de otros.

Es lamentable que tengamos personas como estas en el mundo, pero es mas lamentable aun que tengamos personas así en los caminos del Señor, personas que por no querer ver los problemas de otros y no comprometerse con los mismos prefieren enterrar sus cabezas en la arena haciéndose los ciegos ante tales circunstancias. Estoy de acuerdo de que a veces hay situaciones que están mas allá de nuestras capacidades para ser atendidas y poder ser de ayuda para otros, pero por tal razón dentro de la iglesia del Señor hay personas de todas las partes, de todas las profesiones, de todos los círculos sociales para que podamos ser de ayuda unos a otros.

Pero hay personas que aun teniendo las posibilidades y capacidades prefieren pasar los peligros y los problemas de otros por alto,causando que nuestros hermanos sigan en un estado de sufrimiento que podría ser detenido por nuestra ayuda, porque Dios nos ha puesto para ayudarnos, pero nos dedicamos a decir que Dios los ayude, dejando con nuestros supuestos buenos deseos una forma según nosotros de ayudar a alguien mas.

Lo que me pregunto cuando esto sucede es a quien queremos engañar porque no es a Dios, acaso no sabes que Dios tiene puerta abierta en todo momento a nuestro corazón, que El ve mas allá. A veces pienso que han puesto a Dios como una persona mas que al decirle un par de palabras se puede convencer de nuestra buena disposición y no pasa a mayores, pero eso es algo que dejo en el pensamiento de cada cual porque Dios no puede ser engañado. Gálatas 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado

Estamos dispuestos a decir que hemos ayudado a tal institución, estamos dispuestos a decir que hemos viajado a tanta cantidad de países ayudando a personas, pero vemos personas cerca de nuestras casas, en nuestra misma iglesia y no estamos dispuesto hacerlo de igual forma, porque sentimos como si el hacerlo fuera de nuestras costas nos ganara mas puntos para con Dios que el hacerlo a nuestros hermanos locales o a nuestros vecinos.

Dios se encargara de juzgar, podemos poner los datos, las pruebas sobre la mesa de juicio pero solo Dios juzgara y declarara inocentes y culpables, pero el hacernos ciegos, sordos o mudos, poniendo nuestra cabeza bajo la tierra no nos hace para nada dignos ni estar lejos del juicio de Dios, recuerden que no hay forma de apelar un caso de Dios cuando dejemos esta tierra, no habrá tecnicismos que nos puedan liberal, sino que habrá juicio justo de nuestro juez por excelencia. Vamos ayudar a todos los que podamos en esta tierra donde cuenta nuestra ayuda, a la gente que sufre y llora a los que están vacíos y desesperados.

Dios hará justicia pero mientras oro por ti para que puedas entender y volver atrás de tus caminos y restablecer el propósito de Dios para nosotros en esta tierra y obedecer su mandato de amarnos los unos a los otros y brindar ayuda a nuestros hermanos para que El nos diga, a uno de ellos le diste por lo tanto a mi también me diste. Mateo 25:31-46

Nuestro enemigo a su vez siempre trata de afrontarnos ante situaciones en la que nos haga caer y va creando una serie de obstáculos pequeños en los cuales vamos tropezándonos sin caer al suelo totalmente pero con los cuales va desgastando nuestros pasos. Sin embargo no nos damos cuenta o no queremos hacerlo provocando heridas superficiales a nuestra vida que poco a poco se van incrementando, adentrándose cada vez mas y lacerando nuestro corazón.

Preferimos hundir nuestra cabeza en la tierra como la Táctica del Avestruz para así no hablar, no ver, no oír acerca de las situaciones a las cuales estamos siendo expuestos por el enemigo, no debemos temer el darnos cuenta de que algo no marcha bien en nuestra vida, de que algo esta cojeando, de que algo necesita corrección antes de que sea tarde, estamos expuestos a peligros y muchas veces los detectamos o lo queremos corregir con muy poca antelación a estos, lo que provoca que caigamos sin remedio al fondo de los mismos.

Dios nos ofrece una salida, es solo cuestión de pedirle atención a nuestros problemas, que El se haga cargo de los mismos, que nos aleje de toda situación mala a la que el enemigo nos quiera exponer. Dios esta dispuesto a intervenir en los mismos, pero Dios es un caballero por lo cual El siempre espera invitación, solo es cuestión de que de nuestra parte salga la misma y llegue ante su presencia para que El tome parte en todas las situaciones que nos surjan.

Vayamos ante la presencia de Dios sin temor no importa el problema o el peligro a que nos estemos enfrentando hay muchas tentaciones que se ven como un peligro el cual no podremos saltar, en el cual caeremos sin remedio pero esto no debe ser así jamas porque Dios mismo nos da las herramientas para que podamos combatir toda artimaña del enemigo.

Cuando uno viene a los caminos del Señor y experimenta la alegría y la llenura de estar en los mismos, se nos olvida de el tiempo que estuvimos sin El, de las necesidades espirituales que pasamos, en los hoyos que caímos sin que una mano amiga se extendiera para sujetar la nuestra y salir hacia la luz de nuevo, pero a su vez al olvidarnos de estas cosas nos olvidamos también que hay personas allá afuera y aquí adentro que en realidad no han conocido lo que es estar acompañados de Dios y nos olvidamos que esa gente sufre, que están a merced de los problemas y de los peligros y que están a punto de caer en los mismos y quizás de una forma en que no tengan regreso, nosotros como iglesia debemos estar consciente de tales cosas y buscar una forma colectiva y efectiva de ayudar a quienes están viviendo bajos esas condiciones y traerlos a la luz y a la seguridad que da el estar con Cristo y no esconder nuestra cabeza como el avestruz en la tierra para no hablar, no ver o no escuchar acerca de estos.


Juan B. Luna